Le duele a este escéptico escuchar las declaraciones pusilánimes y cobardes de nuestra honorable canciller en el sentido del conflicto territorial con nuestro vecino Nicaragua, en el sentido que Colombia acatará el fallo que emita la Corte de la Haya en el sentido de las disposiciones territoriales de los paralelos y meridianos que por años han sido parte de la soberanía de Colombia y que ahora Nicaragua busca borrar de un solo pupitrazo. De declarar inválido el tratado suscrito por ambas naciones, y nuestros abogados internacionalistas son hábiles y leídos, podríamos confrontar a Nicaragua en el sentido de tratar de obligarlas a que nos retorne la Costa de los Mosquitos, la cual estaba incluída en dicho tratado, y que hasta el momento de la firma del mismo hizo parte de Colombia. Por otro lado, y esperamos que no sea así, nuestra maltratada y recortada geografía no sufra una nueva mutilación en su mapa a razón de otorgarle a la corte sus atribuciones ‘salomónicas’ como las tildo nuestra excelentísima canciller. Por otro lado, aunque no desconocemos que ya la soberanía sobre San Andrés, Providencia y Santa Catalina es un asunto fallado a favor de Colombia, nosotros como ciudadanos debemos tener una política vigilante para que no cercene sin razón más nuestro territorio, cosa que paso a finales del siglo XIX y XX cuando perdimos Panamá y parte de nuestra selva del Amazonas. Acá los ilustramos un poco en la historia, y porque Colombia esta no solo en su derecho sino que es un completo deber de los gobernantes que hemos elegido, hacer valer nuestra soberanía sobre dicho territorio.
El área total del departamento de San Andrés y Providencia es 57 kms cuadrados de tierra por 349.800 kms cuadrados totales siendo el único departamento de Colombia sin parte continental. Su capital está a 290 kilómetros de las costas de Nicaragua, a 800 kilómetros de Cartagena de Indias y a 1800 kilómetros de Bogotá. Gracias a San Andrés, Colombia tiene presencia en el Mar de las Antillas y fronteras marítimas con Haití, República Dominicana, Jamaica, Costa Rica y Panamá. Es además uno de los más grandes arrecifes de coral del Caribe y una reserva natural de gran importancia para la economía nacional y regional y la protección de la ecología. Fue declarado por la UNESCO como reserva de la biodiversidad en 2001. La población total del departamento es de 48.838 personas de acuerdo con informes del SISBEN 2007, 66.8% de ellos viven bajo condiciones de pobreza, aunque el departamento sea uno de los principales atractivos turísticos de Colombia. Los sanandresanos hablan su propia lengua diferente del castellano, el creol sanandresano, un moderno resultado de la mezcla entre idiomas latinos como el castellano y el francés con el inglés e idiomas africanos. El dialecto tiene relaciones con el creol haitiano, jamaiquino y antillano en general, pero el sanandresano tiene sus propias particularidades. Es oficial en el departamento junto al castellano después de la Constitución de 1991 que garantizó el uso de lenguas locales.(1)
Cuando miramos la distancia que nos separa nuestra costa continental colombiana del hermoso archipiélago de San Andrés y Providencia (774 KM), podríamos pensar que esta es una distancia demasiado larga como para creer que podemos tener derecho a ejercer una soberanía sobre el grupo de islas y cayos de lo que hoy es un área de unos 55 KM². Históricamente estas islas han estado bajo la jurisdicción del Virreinato de la Nueva Granada, como se registra en el acto del 20 de Noviembre de 1810, en el cual la Corona Española emitió una cédula real que no solo puso al archipiélago de San Andrés, sino también la Costa de los Mosquitos, desde el Cabo Gracia a Dios hacia el río Chagres, los cuales quedaron bajo jurisdicción de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá.
Durante la Guerra de Independencia las islas continuaron siendo leales a la Corona Española hasta 1828 cuando el francés Luis Aury, tomó las islas y puso al servicio de Simón Bolívar sus tropas.
Fue hasta 1822 cuando se hizo por primera vez la bandera colombiana en las islas, y los cabildos de San Andrés y Providencia, y estos pasarían a formar parte del Sexto Cantón de la Provincia de Cartagena.
Para 1912, la ley 52 del 26 de Octubre, se crearía la Intendencia de San Andrés y Providencia, ley por la cual se separaría el archipiélago del departamento de Bolívar.
Y en 1991, la Constitución Política de Colombia lo declararía como Departamento.
Una historia de piratas, colonos y naufragios
La historia del departamento podría ser un buen guión para una película. Esta comparte la historia de las colonizaciones españolas en el Caribe en disputa con los piratas, corsarios y colonos ingleses, franceses, holandeses y escoceses. Aunque el territorio fue puesto bajo control español, las islas no atrajeron en principio a la potencia europea más interesada en establecer su poderío en las áreas continentales. Por lo mismo, el primer grupo de colonizadores europeos fue de los ingleses que venían de Bermudas, Barbados, Saint Kitss y otros lugares del área antillana británica. Campesinos holandés, marinos, comerciantes y piratas fundaron en San Andrés su base y desde allí se fortalecieron para combatir el Imperio Español. La “Compañía de aventureros de la ciudad de Westminster para las plantaciones de las islas de Providencia o Catalina, Henrietta y Andréa y las tierras adyacentes a las costas de América” fue una asociación para dicho fin bajo las narices de España. En 1631 llegó el primer barco de colonos escoceses e ingleses y junto con ellos esclavos africanos. España invadió la isla entre 1641 y 1670 y los ingleses y escoces huyeron a otros asentamientos en el Caribe. Pero España volvió a olvidar las islas y estas llegaron a ser el centro de operaciones de un personaje que entraría a formar parte de su historia definitiva, el pirata inglés Henry Morgan junto a Edward Mansveldt. En 1786 hubo un tratado que forzaba a los ingleses a abandonar los territorios de la Capitanía de Guatemala, pero muchos de ellos pidieron permanecer prometiendo fidelidad a la Corona Española.
En 1775 la Capitanía de Guatemala nombró al católico irlandés Tomas O’Neille como gobernador de las islas con la misión de expulsar a los ingleses y holandeses, función que este realizó con gran placer, pero que no fue completamente exitoso.
Fue este el tiempo de las plantaciones de algodón que llamaron la atención de España de nuevo sobre las islas. Pero en 1788 estas cambiarían de perspectiva bajo una nueva autoridad: el Virreinato de la Nueva Granada, cuando Antonio Caballero y Góngora permitió a los isleños el comercio con Cartagena de Indias. En 1792 España aceptó la estadía de ingleses y escoces en las isla con la condición de que se hicieran súbditos de la Corona Española y se convirtieran al catolicismo, en tanto trató de que familias españolas se asentaran en la isla sin mucho éxito. En 1803 las islas fueron integradas al Virreinato de la Nueva Granada. Durante la Guerra de Independencia los isleños guardaron relaciones con los españoles que se habían refugiado en Panamá y entonces regresaron los corsarios ingleses a atacar las islas, esta vez del lado de los independentistas. En 1816 saquearon San Andrés. Pero el hombre asociado con la independencia de San Andrés sería el francés Luis Aury, leal a las tropas de Simón Bolívar que tomó las islas y las convirtió en fuerte en contra de los ejércitos de reconquista español. Con la visita de Luís Perú en nombre de la República de la Gran Colombia, Aury firmó la adhesión a la Constitución de Cúcuta en 1822, las islas se convierten en cantón de la provincia de Cartagena de Indias con la costa de Mosquitos y desde entonces la vida política de las islas ha estado ligada a la vida republicana de la nación suramericana.
Obras literarias y guiones hollywoodescos
Es poco conocido por nosotros los colombianos la cantidad de relatos e historias alrededor de nuestras islas en el caribe. Muchos viajeros visitan todos los años la famosa cueva de Morgan, donde según los relatos, el pirata Henry Morgan escondió sus mas preciados tesoros, o también visitan en la isla de Santa Catalina la cabeza de Morgan, una formación de piedra que da la sensación de ser un rostro, como muchos que existen en el planeta y fuera de él. Pero lo que pocos saben es que detrás de todas estas historias de conjeturas y supuestos, existen hechos reales mas fascinantes aún que la misma historia del archipiélago.
La historia de Robinson Crusoe
Pedro Serrano fue el capitán de un barco español que en 1526 naufragó frente a las costas del cayo Serrana, junto con otro compañero. El cayo arenoso carecía completamente de agua dulce, estos sobrevivieron basando su dieta fundamentalmente en pájaros y peces, hasta bebiendo sangre de tortuga marina y recogiendo muy ocasionalmente aguas lluvias. Usando caparazones de tortuga y un pequeño depósito pudieron almacenar aguas. 3 meses después llegaría su compañero de desventura víctima de otro naufragio, el cual llego al islote en un bote. Ambos permanecieron en la más profunda soledad durante 8 años. Los náufragos construyeron un refugio usando rocas y corales, este era una torre que les permitía refugiarse de los fuertes vendavales y también para encender fogatas que encendían ocasionalmente cuando les llegaban restos de madera de los naufragios. Su relato de supervivencia es un gran ejemplo increíble de la capacidad humana para superar vicisitudes.
Finalmente, en 1534, la tripulación de un galeón que iba a La Habana desde Cartagena de Indias divisó las señales de humo que los náufragos hacían desde su banco de arena. Enviaron un bote para socorrerles, y los llevaron al galeón.
Tristemente, el compañero de desgracias de Serrano durante 8 años, falleció al poco tiempo de haber embarcado en el galeón. Ni siquiera llegó a divisar tierra firme después de ser rescatado.
La suerte fue muy distinta para Pedro Serrano, quien consiguió regresar a España para comenzar una nueva vida que le dio fama y dinero y le convirtió en un personaje famoso no solo en la Corte Española, sino también en el resto de Europa, debido a los muchos viajes que hizo para narrar sus peripecias en las reuniones de la alta sociedad.
Antes de fallecer, Pedro Serrano dejó constancia de las penalidades sufridas en la compañía del otro náufrago en unos documentos que muestran al leerlos la angustia y el sufrimiento interminables producto del abandono más absoluto a su suerte. Su relato se encuentra hoy día en el Archivo General de Indias, en Sevilla.
El banco de arena en el que Pedro Serrano y su compañero vivieron su desgracia, ha permanecido relativamente inalterado hasta nuestros días. Fue ocupado por marines estadounidenses durante el conflicto con Cuba. Parece ser que durante los años 1990 unos aventureros estadounidenses que visitaban Cayo Serrana localizaron la torre de rocas que construyeron los náufragos españoles, así como los restos de muchos de los utensilios utilizados por estos para su supervivencia. También buscaron tesoros, aunque en el relato de Serrano, lógicamente no existen alusiones a ningún tesoro.
Daniel Defoe, escritor inglés nacido en 1661 y autor de Las Aventuras de Robinson Crusoe, tuvo durante su vida una época en la que se dedicó a negocios que le llevaron a España y a Francia, lo que le dio la oportunidad de conocer con detalle la historia de Pedro Serrano, que todavía casi dos siglos después seguía siendo recordada. Los últimos estudios sobre Las Aventuras de Robinson Crusoe y su autor, señalan que la obra que Daniel Defoe terminó de escribir en 1719, se basó fundamentalmente en la historia real de Serrano, en alternancia con las situaciones vividas por otro náufrago posterior a Serrano, llamado Alexander Selkirk, que había naufragado y vivido durante cuatro años en el archipiélago de Juan Fernández.
La Isla Tortuga
En la película ‘Piratas del Caribe’, constantemente se hacen alusiones a la Isla Tortuga como un fortín pirata lleno de prófugos y forajidos. Lo que poca gente sabe es que este relato esta basado en la realidad y que esta isla existió. En 1659, el pirata holandés Edward Mansvelt, quien luego de haber tenido un distanciamiento con el gobernador de Jamaica, se instaló en Isla Tortuga, en donde fue proclamado como almirante de los Hermanos de la Costa. Años después fue encargado por el gobernador de Jamaica para emprender una gran ofensiva contra los españoles. Mansvelt comenzó su periplo apropiándose de un gran mercante español al frente de las costas de Cuba, luego partió hacia Panamá para continuar con sus ataques, y en el camino se detuvo en Old Providence (actual Providencia), isla la cual pensó en convertir como una nueva guarida para los filibusteros. Su recorrido por Panamá fue fallido, a su regreso a Jamaica, le ofreció al gobernador la Isla para que fuese un refugio de piratas, y que quedara bajo la protección de Jamaica, pero esta solicitud fue rechazada porque para el momento la Corona Inglesa y la Española gozaban de buenas relaciones, razón por la cual abandono su idea, moriría en Isla Tortuga en 1667.
La raíz del conflicto según Nicaragua
El 24 de marzo de 1928, los gobiernos de Nicaragua y Colombia suscribieron el Tratado Bárcenas-Esguerra, tratado en el cual Colombia le reconocía a Nicaragua la soberanía sobre la Costa de los Mosquitos, y por su parte Nicaragua reconocía la soberanía de Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el cual incluía los Cayos Roncador, Serrana, Serranilla y Quitasueño, ahora en disputa por parte del gobierno Nicaragüense.
Cuando contemplamos el mapa de Colombia incluidas sus posesiones marítimas a ambos lados de los océanos, nos damos cuenta de cosas que de otra manera sería difícil pensar, por ejemplo, que la República de Panamá está casi completamente rodeada por Colombia y que la presencia de Colombia en el Mar Caribe es tan significativa que nuestro país suramericano es también caribeño y antillano y que tenemos límites con países que por lo general no los pensamos como nuestros vecinos.
(2)Como estado independiente, Nicaragua nunca ha estado presente en las islas y por esta razón no hay motivos para denominar esto como una “invasión colombiana” u otras figuras similares. De acuerdo a los estudios de la Universidad Militar Nueva Granada y del Instituto de Estudios Geoestratégicos de Bogotá acerca de la reclamación de Nicaragua, los siguientes son los argumentos presentados por Managua:
- Nicaragua dice que las islas están en la plataforma continental. Este argumento, según los estudiosos, no es suficiente para reclamar el territorio de otro país. Si dicho argumento fuera suficiente, muchos otros países podrían hacer reclamaciones similares sobre posesiones de otras naciones. Además el territorio reclamado nunca ha sido posesión nicaragüense. Por otro lado, estudios de la National Geographic y de la Armada Nacional de Colombia, hicieron estudios geográficos del subsuelo marino para concluir que las islas están sobre una cordillera submarina independiente del continente.
- Según Nicaragua, el Tratado Esguerra-Bárcenas fue suscrito en secreto, en un momento en el que el país se encontraba bajo el control de los marines estadounidenses y que por lo tanto no tenían independencia política para suscribir este tratado hasta 1979. Falso, este tratado no fue realizado en secreto, no existen razones para declarar su nulidad. Además, los soldados norteamericanos se encontraban en territorio nicaragüense a petición del mismo gobierno para enfrentar la rebelión de César Augusto Sandino, el mismo al que pertenece el señor Daniel Ortega. Nicaragua ha sido un estado independiente desde 1838 y el tiempo en que se firmó el tratado, también celebró otros 370 tratados internacionales, por lo tanto si el tratado en cuestión es inválido, los otros 370 también lo son.
Como podemos ver, los argumentos históricos de peso son grandes, nuestros gobernantes nos advierten que la Corte de la Haya toma decisiones salomónicas que el gobierno colombiano acataría. El asunto radica en el hecho de defender no solo el patrimonio etnográfico, ecológico e histórico que representa el archipiélago. Detrás de una simple delimitación de cuadrantes hay intereses monetarios que ya se han venido destapando cuando el pasado año el gobierno de Colombia decidió suspender la exploración de yacimientos petroleros marítimos en el archipiélago aduciendo razones ecológicas. Por otro lado, también es sabido que la exploración de yacimientos petroleros submarinos es sumamente costoso, y que en este caso ni Colombia, ni Nicaragua tienen el capital suficiente para financiar dichas exploraciones, pero es evidente para quienes sabemos un poco de política internacional, que el Presidente de Nicaragua, el señor Daniel Ortega siempre ha sido un gran amigo y simpatizante de Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, rica nación petrolera y con la capacidad de respaldar no solo monetariamente sino con experiencia dichos yacimientos. Si Colombia simplemente por respetar el fallo de La Haya en lo concerniente a la soberanía sobre el archipiélago, no solo estaría regalando otra porción de tierra de una forma absurda como le ha pasado a nuestro maltratado mapa nacional, sino que también podría poner en riesgo la estabilidad de la zona, ya que aunque las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina no se encuentran ya cobijadas por el fallo, ya que esto ya se dirimió a favor de Colombia en 2007, una explotación petrolera afectaría el ecosistema completo de las islas, y de eso estamos seguros, el señor Daniel Ortega no le importa, porque si objetivo es mantener la billetera de Chávez bien lubricada, te untas tú, me unto yo.
El Diario de un Escéptico 